NoticiasEl historiador e investigador del CEHVAL, Alejandro Esteban Álvarez, ha publicado un artículo sobre el señorío alpujarreño de Órgiva en el siglo XVI

En su trabajo estudia desavenencias por rentas entre la diócesis de Granada y los titulares de este señorío, que conllevaron un proceso judicial que duraría cuatro décadas

El artículo “Conflictividad por rentas entre Iglesia y señores temporales del reino de Granada: litigio acontecido en un señorío de la Alpujarra (1527-1568)”, de Alejandro Esteban Álvarez, doctorando del programa “Historia y Artes” de la Universidad de Granada y miembro del Centro de Estudios Históricos del Valle de Lecrín y La Alpujarra (CEHVAL), rastrea la historia de la Alpujarra desde la sublevación mudéjar (1499-1501) hasta la rebelión de los moriscos iniciada a finales de 1568. La investigación se enmarca en las discrepancias por rentas que se produjeron dentro del reino de Granada entre señores temporales e Iglesia durante la etapa morisca granadina (1500-1570). Ha sido elaborada mediante un análisis minucioso de documentación custodiada en diversos archivos históricos de ámbito nacional y de la ciudad de Granada.

En un primer apartado del artículo, el investigador presenta factores de índole económica que ocasionaron litigios entre las diócesis y señores temporales del reino de Granada durante el siglo XVI. Seguidamente, pasa a explicar la implantación de señoríos en la Alpujarra después de la conquista castellana del emirato nazarí de Granada y la organización eclesiástica realizada en esta región desde 1501. Esta estructura parroquial de la Alpujarra fue llevada a cabo mediante un proceso de conversiones y adoctrinamiento al cristianismo de la población que la habitaba, de mayoría musulmana, iniciado con misioneros. Además, supuso la institución de 40 parroquias administradas por beneficiados, que conllevaron una paulatina edificación de iglesias, que sustituían a las antiguas mezquitas y rábitas musulmanas, y el establecimiento de los beneficiados, curas y sacristanes que las regentaban. Este segundo apartado finaliza con una presentación del señorío de Órgiva, ofreciendo información sobre su instauración a comienzos del otoño de 1499, las concesiones monetarias y derechos que la Corona castellana y el Papado otorgaron a su primer titular y la organización de la fiscalidad dentro de este señorío durante las tres primeras décadas después de implantarse. Ambos apartados son la base introductoria del tema sustancial de esta investigación, el pleito mantenido entre los titulares del señorío de Órgiva con la diócesis de Granada desde 1527 hasta 1568, por el control de los diezmos y la posesión de los bienes habices piadosos y las rentas que estos generaban, en las poblaciones que constituían este señorío alpujarreño.  

El distrito o taha de Órgiva, junto a Busquístar y el Jubeyel, fueron otorgados en señorío a Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido por el sobrenombre de Gran Capitán, por los Reyes Católicos, el 26 de septiembre de 1499. Este territorio, formado por trece alquerías con término propio y el Jubeyel, estaba habitado fundamentalmente por musulmanes. Estos pasaron a ser cristianos nuevos o moriscos, desde la conversión forzosa al cristianismo llevada a cabo por la Corona castellana a causa del alzamiento de la comunidad mudéjar del reino de Granada, iniciado tres meses después de concedida esta merced real.

El investigador muestra información relevante sobre la estructura administrativa de este señorío de la Alpujarra en el siglo XVI. Desentraña cargas fiscales que habían de soportar los habitantes de estas poblaciones, el proceso de subastas públicas de rentas diversas (diezmos, alcabalas, habices, derechos moriscos, la hacienda que poseían los propietarios del señorío,) que efectuaban los mayordomos de los titulares del señorío, los jugosos dividendos que proporcionaban y los mejores postores en que quedaban rematadas esas subastas. Los bienes habices objeto del pleito, recogidos por el autor en diversas tablas explicativas, permiten saber los hornos de pan que había en las áreas residenciales de estas poblaciones, conocer una parte de las tierras de regadío que labraban sus habitantes y entender la riqueza agrícola que producían.

Al mismo tiempo, Alejandro Esteban Álvarez, analiza la estructura eclesiástica en este señorío, presentada en la Erección parroquial de la diócesis de Granada promulgada el 15 de octubre de 1501. En ella, según explica, se había propuesto constituir las parroquias de Albaçete de Órgiva, Cáñar el Fegi, Soportúxar y Busquístar, en las que se incluyeron los otros lugares del señorío anejos a ellas. Las primeras iglesias que se edificaron fueron la de Carataunas y buena parte de la iglesia de Albaçete de Órgiva, durante el primer tercio del siglo XVI. El resto de iglesias del señorío previstas continuaban sin edificarse, utilizándose las estructuras de antiguas mezquitas y rábitas para ofrecer misa. Estos edificios habían recibido únicamente algunas reparaciones, aunque la mayoría seguían sustentando sus estructuras con puntales de madera. Estas obras las sufragaron los titulares del señorío, al tener asignadas por bula papal las dos terceras partes de los diezmos de estos lugares, y emplearon mano de obra reclutada en estas poblaciones moriscas que no fue remunerada por su trabajo.  

El proceso judicial con el que finaliza esta investigación, lleva a entender el consentimiento mutuo entre Iglesia y Corona para proteger el interés común y la conexión entre ambas instituciones para restringir el poder económico de un señor temporal del siglo XVI.

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