La exposición ofrece un viaje por el pasado fiscal del municipio granadino y podrá visitarse hasta septiembre
El municipio alpujarreño de Cáñar ha inaugurado la exposición «El Catastro de Ensenada. Magna Averiguación Fiscal para Alivio de los Vasallos y Mejor Conocimiento de los Reinos (1749-1756). Cáñar y Barja 1752», una muestra que, a través de una treintena de paneles divulgativos, recorre la historia del Catastro en España desde mediados del siglo XVIII hasta la actualidad.
La exposición ofrece un fascinante viaje por el pasado de la localidad de Cáñar y el despoblado Barja, desde el histórico Catastro de Ensenada hasta el Catastro moderno, y estará abierta al público hasta septiembre.
En el acto inaugural participaron Jesús Puebla, subdirector general de la Dirección del Catastro del Ministerio de Hacienda; Manuel Álvarez, alcalde de Cáñar; Javier Martín, delegado territorial de empleo de la Junta de Andalucía; y dos de los comisarios de la exposición, Raúl Ruiz Álvarez de la Universidad de Cádiz y Concepción Camarero Bullón de la Universidad Autónoma de Madrid. También estuvieron presentes la delegada provincial de Economía y Hacienda de Granada, Elisabeth Fernández; el gerente provincial de Catastro, Jerónimo Mirón; así como los alcaldes y alcaldesa de Capileira, Soportújar y Bubión, y otras autoridades. Además, quiso apoyar el acto la subdelegada del gobierno de España, Inmaculada López.
Organizada por la Dirección General del Catastro, perteneciente al Ministerio de Economía y Hacienda, esta exposición itinerante ha recorrido diversas localidades como Jaén, Logroño, Barranco de Poqueira y Madrid, antes de llegar a Cáñar. La muestra brinda al público la oportunidad de conocer este episodio crucial en la historia fiscal de España.
El Catastro de Ensenada, iniciado en octubre de 1749 mediante un real decreto, tuvo como objetivo principal corregir la injusticia fiscal existente en la Corona de Castilla. La desigualdad en las contribuciones, donde el peso recaía en gran medida en el estado general, llevó a la necesidad de averiguar y gravar proporcionalmente la riqueza de cada individuo, independientemente de su estatus social. Zenón de Somodevilla propuso esta reforma para poner fin a la disparidad fiscal, y el rey Fernando VI finalmente la aprobó.
Durante el acto, también se presentó un catálogo con la investigación realizada en el municipio por los comisarios Concepción Camarero, Ángel I. Aguilar y Raúl Ruiz. En 1752, durante la realización del catastro, el término municipal de Cáñar comprendía dos localidades: Cáñar y Barja, ambas pertenecientes al Estado de Órgiva. Barja contaba con 174 habitantes distribuidos en 43 familias, mientras que Cáñar albergaba a 590 personas organizadas en 155 familias, incluyendo dos del estado eclesiástico. Las dos localidades disponían de instalaciones industriales relacionadas con el agua y los cereales, como los tradicionales molinos harineros. La tierra era el principal recurso económico, con amplios terrenos de regadío y secano cultivados con olivos, castaños, árboles frutales y morales. También poseían un extenso monte que proporcionaba madera para la Marina. La mayoría de los vecinos eran labradores y jornaleros, destacando el papel fundamental de las mujeres en estas actividades. Se registraron además otros oficios como maestro molinero, cirujanos, organista, tejedores de lienzo y maestros herradores.
En 1816, una riada devastó Barja, obligando a sus habitantes a trasladarse a Cáñar, dejando tras de sí únicamente algunas ruinas que hoy testimonian su pasado.
Este proyecto está impulsado por la Dirección General del Catastro del Ministerio de Hacienda y cuenta con la colaboración del Archivo Histórico Provincial de Granada, dependiente de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía. Además, participan el Instituto Universitario de la Corte en Europa (IULCE-UAM, Madrid), el Centro de Estudios Históricos del Valle de Lecrín y La Alpujarra (CEHVAL) y la Real Sociedad Geográfica.
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