Queremos unirnos al dolor que sienten muchas personas ante el fallecimiento de Julio Perea, especialmente nuestra socia María Jesús Perea y nuestro vicepresidente, J. Félix García. Sirvan estas palabras para resaltar la talla humana e intelectual de quien ha sido un hombre de palabra, comprometido con el deporte, la cultura, el conocimiento, su tierra y su magnífica familia.
En su amplia trayectoria vital ha sido un colaborador de excelencia del Centro de Estudios Históricos del Valle de Lecrín y La Alpujarra, un compañero de viaje de los que dejan huella. Y es que Julio siempre ha entendido que los pueblos los hacen sus gentes. Tan solo recordar la estrecha colaboración en la organización del Congreso Internacional Ganarse la vida: género y trabajo a través de los siglos en la que coordinó una mesa sobre las mujeres en el deporte del siglo XXI con destacadas expertas. Así, su compromiso ha engrandecido el desarrollo del territorio, siendo un ejemplo de servicio social y democrático.
Siempre que miremos a la montaña recordaremos con orgullo a Julio, un hombre de palabra que trabajó con dedicación e ilusión por un mundo mejor. Sabemos lo difícil que es encontrar consuelo para sus seres queridos en estos momentos, por lo que solo resta desear que estas palabras sirvan para dar testimonio de la sincera gratitud que nuestro Centro siempre le guardará a quién estuvo ahí en todo momento, un hombre de palabra cuyo recuerdo no solo será parte de nuestra memoria colectiva, sino que su magisterio será un ejemplo de inspiración y compromiso con las causas justas y con nuestro Valle de Lecrín y La Alpujarra.
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